Estudian buzos las profundidades del sur

Exploradores subacuáticos recorrieron los más importantes cuerpos de agua de Othón P. Blanco y Bacalar, en expedición de siete días, con el fin de estudiar y conocer las profundidades del sur del Estado.

Se trata del alemán Robbie Schmittner, el francoamericado Phillip Lehman y Skanda Coffield-Feith de Australia, dirigidos por el biólogo marino José Luis Martínez, catedrático del Instituto Tecnológico de Chetumal, quienes cuentan con más de dos décadas de exploración en aguas profundas y peligrosas cavernas, que han enfocado su investigación en los cenotes y río subterráneos de Tulum, y por primera ocasión recorren los puntos más interesantes del sur de Quintana Roo, como lo son la Laguna de Bacalar, el Cenote

Azul, el Cenote del Cocodrilo Dorado, la Bahía de Chetumal y la costa de Mahahual.

“Estuvimos buceando, buscando cuevas inundadas como en la zona norte; ahora sabemos que son geografías distintas, los cuerpos de agua de aquí son alimentados por fuentes subterráneas”, explicaba Robbie Schmittner, que opinó que la temporada no les favoreció del todo, ya que las recientes lluvias provocan que la corriente del río Hondo arrastre sedimentos que enturbiaron su caudal, afectando la sumersión en este y parte de la Bahía de Chetumal.

No obstante, en esta experiencia se van con más preguntas que respuestas, pues uno de los misterios que más los atrajo son las fuentes de agua salada y fría que localizaron a 12 metros de profundidad en la Bahía de Chetumal, lo que les hace sospechar que es originada por una corriente procedente de una cueva subterránea que conecta con el mar Caribe.

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Estudian buzos las profundidades del sur

“Los paisajes son maravillosos, la selva es más frondosa, y en el agua noté que hay fuentes subterráneas, más parecidas a Florida en Estados Unidos que a la zona norte, pensábamos que encontraríamos manantiales de agua dulce en la bahía, pero en cambio es agua salada y fría, a 21 grados, que nos hace pensar que hay cuevas”, mencionó Phillip Lehman.

Reconocen que las maravillas naturales del estado son un atractivo para nuevas generaciones, además de un tipo de turismo sustentable, por lo que es importante fomentar un desarrollo que no impacte negativamente.

“El Cenote Azul es uno de los lugares más emblemáticos tiene una profundidad de 72 metros y conforme vas sumergiéndote ves las raíces calcificadas, lo que le da un aire místico”, mencionó Robbie Schmittner.

A través de la Asociación de Egresados del ITCH, que dirige Víctor Sánchez Ruz, y con ayuda del médico Francisco Lara Uscanga que promueve estas actividades, recorrieron por siete días los municipios de Othón P. Blanco y Bacalar, en esta primera expedición, pero no la última, ya que programarán una segunda en otra época del año para conocer la flora, fauna y el fondo acuático en otras condiciones.

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