Ricardo Hernández
De acuerdo con el investigador Lorenzo Álvarez Filip, han cubierto las salidas a campo que mantienen desde hace casi cinco meses, que realizaron con el objetivo de saber cuántos corales se encuentran enfermos.
Concluye UNAM censo de corales enfermos
Además, determinarán qué especies son las más afectadas y qué tanto tejido han perdido.
La UNAM ha destinado 800 mil pesos en un nuevo censo, que iniciaron en agosto pasado.
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Los que están por terminar es el trabajo de campo, las visitas a los sitios arrecifales para contabilizar los corales enfermos y recolectar información.
El próximo paso es procesar la información recolectada durante dicho periodo, para tener certeza de la salud que guardan los corales en el Caribe mexicano.
Este es el segundo censo realizado por los especialistas. En 2018 se realizó el primero, en varios arrecifes del Caribe mexicano, para evaluar la condición en la que se encontraban.
En ese entonces se registraron 29 mil 095 colonias de coral, de los que el 17% de las colonias censadas ya estaban muertas o con signos de mortandad reciente. Otro 10% apenas mostraba signos de la enfermedad.
Álvarez Filip estima que estas cifras han quedado totalmente rebasadas.
Fue en mayo de 2018 cuando un grupo de buzos avistaron pequeñas manchas blancas sobre los corales de los arrecifes de Puerto Morelos. Luego de estudios, concluyeron se trataba de una enfermedad insólita en México que decidieron llamar síndrome blanco, la cual acaba con el tejido de estos animales, lo desprende hasta dejarlos desnudos, en el puro esqueleto, provocando su muerte en cuestión de semanas.
Para el 2020 ya habían acabado con la vida del 20% de los corales del Sistema Arrecifal Mesoamericano –un hábitat para más de 100 mil especies, atractivo turístico que genera millones de dólares al año–, de acuerdo con el último reporte existente, elaborado por Lorenzo Álvarez.
El síndrome ha afectado especialmente a 25 de las 48 especies de coral registradas en el Caribe, con efectos desproporcionados observados en un solo grupo morfofuncional compuesto de especies masivas con tamaños medianos a grandes, esqueletos densos, bajas tasas de crecimiento y también de reproducción sexual. Las especies laberinto, cerebro, pilar y cuerno de alce han sacado la peor parte, al punto de acercarse a la extinción local.
Y esto es dramático, dice Lorenzo, porque son precisamente estos los responsables de la formación de la estructura de los arrecifes.