Chetumal, 1 de febrero. – Son 25 pequeños negocios los que desaparecieron durante enero, al no poder afrontar la cuesta de enero, afirmó César Antonio Iuit, secretario general de la Unión de Comerciantes y Prestadores de Servicios.
Afirmó que el encarecimiento de arrendamientos, de servicios e insumos, provocó que deban bajar sus cortinas, ya que las ventas han caído debido a que los consumidores no cuentan con la economía suficiente para gastar en artículos diversos y se enfoca en la compra de productos de consumo básico.
“Estamos padeciendo la cuesta de enero, nada más en diciembre las ventas aumentaron pero estos ingresos sólo fueron para pagar deudas de 2022, no fue suficiente, esto es ocasionado por la inflación que estamos viviendo, porque la clase trabajadora no le alcanza para comprar zapatos, ropa o artículos diversos”, lamentó.
Explicó que son al menos 280 negocios pequeños o puestos semifijoslos que registraba la Unión en 2022, pero en este mes han desaparecido el 12% aproximadamente, ya que al no poder solventar los gastos que implica tener un local comercial, toman la opción de la informalidad, principalmente a vender por Internet una tendencia que se aceleró durante los últimos dos años, producto de las restricciones de la pandemia de Covid-19.
“De enero para acá cerraron 25 compañeros, por que no pudieron con la renta o la energía eléctrica, hay otros que quieren iniciar pero no se pude porque no hay circulante”, expresó.
Crítico que el incremento del salario mínimo, que este año alcanzó los 207 pesos, no es suficiente para alimentar a una familia, ya que para subsistir se deben ganar al menos 400 pesos diarios, pero ahora un obrero debe trabajar entre 12 y 16 horas para lograrlo.
“Necesitamos ganar como en la frontera norte, unos 280 peso, eso es lo que se necesita, porque es muy poco ya que la caída del poder adquisitivo es constante, hay familias que deben trabajar el doble, que debe trabajar el padre y la madre, por que esta difícil”
Están situación se complica si hay estudiantes en la familia, el esfuerzo para costear la educación es algo que muchas personas no pueden asumir, por lo que una vez que tengan edad para trabajar abandonan las escuelas, esto genera que tampoco accedan a mejores salarios y el ciclo reinicia.
“Pará tener una vida medianamente cómoda hay que ganar entre 500 y 700 pesos diarios, pero son pocos los puestos de trabajo que los dan y requieren estudia, pero no cualquiera puede”, lamentó el líder de los pequeños comerciantes.
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