Alargan uso de plásticos desechables, debido al Covid-19. La Secretaría de Ecología y Medio Ambiente (Sema) no limitará el uso de estos materiales por considerarlos más seguros para prevenir y controlar la propagación del virus.
El periodo de gracia establecido en la ley para erradicar el uso de este tipo de plásticos venció este viernes.
En Quintana Roo, este 19 de junio quedó prohibida la distribución y venta de plásticos desechables, incluidos aquellos que entran en la clasificación de biodegradables.
La Ley para la Prevención, Gestión Integral y Economía Circular de los Residuos, publicada en 2019, otorgó un año para que los negocios sustituyan estos materiales; sin embargo, el uso de éstos se incrementó durante la contingencia sanitaria.
Esta normativa, que entró en vigor el 18 de junio de 2019, prohíbe el uso, comercialización y distribución de popotes de plástico, envases para bebidas, platos, vasos, tazas, copas, charolas y cubiertos desechables; así como las bolsas de plástico desechables, para traslado de mercancías de mercados, tiendas de servicio, farmacias, restaurantes, etc.
De acuerdo con ella, los comercios de comida sólo podrían emplear envases reutilizables. La Ley exceptúa de la restricción a todos aquellos plásticos utilizados con fines médicos o los empaques de origen de los alimentos, por ejemplo, bolsas de pasta, empaque de jamón, etcétera.
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Alargan uso de plásticos desechables; pero sólo los de tipo biodegradable.
De acuerdo con la Secretaría de Ecología y Medio Ambiente, sólo se permitirá el uso de contenedores de alimentos, platos, vasos, cucharas y otros utensilios de plástico biodegradable.
Sin embargo, Alejandra Aguirre Crespo, titular de la Secretaría de Salud (Sesa), fue consultada por la Sema sobre si la prohibición de este tipo de productos podría repercutir de manera negativa en la implementación de las medidas de seguridad sanitarias orientadas a controlar la propagación del Covid-19.
La Sesa recomendó el uso de productos deseschables, preferentemente biodegradables, destinados para el consumo de alimentos para limitar el contacto físico de las personas con los enseres en los que se sirven y consumen alimentos y bebidas, y reducir el número de personas que manipulan las superficies en las que se sirve la comida.
Con información de Sipse.