Chetumal.- Especialistas en Entomología, Biotecnología, Salud Pública, Cardiología y Medicina Tropical se unieron al trabajo de coordinación encabezado por la Secretaría de Salud de Quintana Roo y participaron en el seminario Día Mundial de la Enfermedad de Chagas

Un comunicado de esa dependencia recordó que el Día Mundial de la lucha contra esa enfermedad es conmemorado el 14 de abril, provoca 12 mil muertes al año y está presente en 21 países de la región.

Añadió que la Organización Panamericana de la Salud define la enfermedad de Chagas como una afección parasitaria, sistémica y crónica, transmitida por vectores.

El jefe del departamento de Vectores de la Secretaría de Salud de Quintana Roo, Pedro Mis ávila, explicó que el saneamiento básico en las viviendas representa una de las principales estrategias para reducir los riegos de transmisión de esta enfermedad.

Explicó que en la entidad la enfermedad de Chagas se transmite a las personas principalmente por las heces de la chinche besucona que está infectada con el parásito Trypanosoma cruzi, el cual entra al cuerpo cuando la persona se rasca la picadura instintivamente e introduce las heces del insecto infectado hacia la picadura, los ojos, la boca o alguna lesión cutánea abierta.

Los insectos viven en grietas de viviendas, ranuras y huecos, debajo de diversos objetos o entre la basura, en donde permanecen ocultas durante el día y salen por las noches para alimentarse de sangre.

La infección puede darse también a través de la transfusión sanguínea, desde la madre al feto, por contaminación durante el parto, el consumo de alimentos contaminados con heces del insecto, y de manera menos frecuente a partir de trasplantes de órganos, tejidos infectados y malas prácticas de laboratorio.

El texto agregó que el Programa para la Prevención y Control de la enfermedad de Chagas trabaja para reducir los riesgos de transmisión, mediante el fortalecimiento de la vigilancia epidemiológica, la promoción de la limpieza de las viviendas y el rociado intradomiciliario de insecticidas.

No existe una vacuna para este padecimiento por lo que fortalecer la cultura de los entornos saludables representa la principal estrategia de prevención, así como el control integrado del vector de esta enfermedad.

El también doctor en Entomología explicó que después de la picadura se puede presentar fiebre, dolor de cabeza, falta de apetito, malestar general como dolor muscular, dolor en las articulaciones, debilidad, náuseas, vómitos, diarrea, agrandamiento anormal del hígado, aumento del tamaño del bazo e inflamación de los ganglios linfáticos, entre otros.

Informó que en ocasiones las personas desarrollan un sarpullido, pero este generalmente desaparece luego de varios días, y a veces se observa un chagoma (un endurecimiento localizado indoloro) en el lugar de la piel por donde el parásito ha ingresado.

“Si el ingreso se produce a través de las membranas mucosas oculares puede producirse un edema indoloro de uno u ocasionalmente ambos ojos, con frecuencia acompañado de conjuntivitis”, explicó.

Recomendó acudir al médico para confirmar o descartar la enfermedad y en caso positivo iniciar el tratamiento oportuno para evitar complicaciones de salud como problemas neurológicos, afectaciones al corazón y al sistema digestivo.

La fase aguda de la enfermedad es generalmente seguida de un período asintomático de duración variable, tras la cual los pacientes ingresan en la fase crónica después entre los cinco y 15 años, y en algunos casos después de 40 años.

Detalló que en la fase crónica el paciente presenta insuficiencia orgánica, generalmente del corazón, arritmias y anomalías en la conducción, insuficiencia cardíaca, accidentes cerebrovasculares, embolias pulmonares y muerte súbita.

“Los pacientes con enfermedad de Chagas también tienen una mayor posibilidad de desarrollar úlceras gástricas o gastritis crónica, debido a anomalías en el estómago”, advirtió.

Como parte de la vigilancia epidemiológica especificó que realizan la toma de muestra sanguínea (para exploración serológica) a embarazadas para diagnóstico de Chagas, y a residentes o provenientes de localidades prioritarias con sospecha de la enfermedad.

Además del personal de Vigilancia Epidemiológica de la Secretaría de Salud de Quintana Roo, en el seminario participaron especialistas del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece), del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), del Instituto Politécnico Nacional (IPN), y de la Drugs for Neglected Diseases Initiative (DNDI).