Piden frenar construcción en Chemuyil

A través de la plataforma Change.org, una ciudadana lanzó una petición a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para que frene un desarrollo hotelero proyectado en la zona de anidación de tortugas de Chemuyil, colindante al Santuario de Xcacel-Xcacelito.

Araceli Domínguez, del Grupo Ecologista del Mayab y quien ingresó la solicitud, afirma que esa área colinda con la Zona Núcleo de la Reserva de la Biósfera del Caribe Mexicano, cercana al área de refugio de especies marinas de Akumal.

“La autorización ha provocado el daño de manglares, la selva baja caducifolia con palma kuka (especie endémica y en peligro de extinción) y la eliminación de plantas de palma chit. Como consecuencia, también han escarbado para extraer material pétreo o sascab para rellenar los asoleaderos y la playa (donde la minería está prohibida); han metido tetrápodos en el agua y dragado la arena en el mar cerca de una playa tortuguera; han construido sobre la duna, han usado la playa de anidación en Chemuyil para paso de volquetes de carga para rellenar todo el litoral rocoso con sascab y volverlo playa; han puesto muros de contención a cinco metros de la playa, o sea, en Zona Federal Marítimo Terrestre”, enlistó Domínguez.

El pasado agosto, la Semarnat hizo público el resolutivo donde se aprobaron las obras complementarias para el desarrollo de servicios turísticos.

Se trata de un conjunto de 10 palafitos dentro de la zona costera de la Bahía de Chemuyil, así como varios proyectos asociados: zona de asoleaderos, una obra de cierre para su protección y el desarrollo de una caleta, “lo que permitirá a los vacacionistas tener una zona de calma para el ingreso al área marina”.

Estas obras se suman a la construcción de 855 habitaciones del hotel que Grupo Posadas en el área.

“Permitirles construir, además, dos espigones, sin considerar el cambio climático, transformando dramáticamente el litoral costero de las dos bahías en un 100%, sin tomar en cuenta las nefastas experiencias, en México y el mundo, de la desestabilización y desequilibrio que ocasionan los espigones o cierres, que no son otra cosa que gigantescas trampas de sedimento”, remachó el reclamo.

Por Ricardo Hernández