Cancún, QROO.- En su corta historia, Quintana Roo ha tenido un papel importante en la atención a refugiados, incluso el modelo que se aplicó con los guatemaltecos a los que se recibió hace más de 30 años fue replicado en otras comunidades y reconocido internacionalmente, dijo el ex gobernador Pedro Joaquín Coldwell.
En el marco del Día Mundial del Refugiado, el ex mandatario recordó que, en el sexenio de Ernesto Zedillo, estuvo a cargo de la Comisión Mexicano de Ayuda a Refugiados, un cargo que señaló de interesante porque cuando fue gobernador se dio la guerra de Guatemala y eso propició que mucha gente de ese país migrará hacia México.
“Hubo como cinco mil guatemaltecos que cruzaron la frontera con Chiapas, huyendo de las matanzas. El ejército también se metía a nuestro territorio al ir tras ellos, y por eso el gobierno de México decidió reubicar los campamentos hacia la Península de Yucatán”, recordó.
En una charla en el programa Relatos con don Tomás Contreras y Jonathan Estrada, mencionó que negoció con el Gobierno Federal.
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Entendió la magnitud del problema, y que había que corresponder con una respuesta humanitaria, aunque dejó en claro que aceptaría a los que pudiera garantizar atención y trabajo.
En ese entonces requerían tres mil cortadores de caña para la zafra, y teniendo en cuenta a cada uno de ellos por cinco de familia, aceptó 15,000. Esa estrategia fue reconocida por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.
Con el paso de los años, al estar en la Comisión Mexicano de Ayuda a Refugiados se dio cuenta que la mitad de los que seguían en los campamentos eran mexicanos, pero los tenían en un régimen de apartheid, estaban confinados no podían salir, no tenían libertad de movimiento.
Preparó un diagnóstico que le entregó a Ernesto Zedillo planteándole dar permisos migratorios para que tuvieran libertad de tránsito y trabajo, pero el presidente respondió por qué no darle hasta la nacionalidad mexicana.
“Fue toda una revolución. México sólo daba la nacionalidad a celebridades como deportistas famosos, científicos, grandes empresarios, y aquí se les dio a campesinos mayas y por cientos”, señaló.
Había ayuda para los refugiados y tenían encima a la ONU y observadores internacionales para que no se afectarán sus derechos y mejorar las condiciones de vida. Diseñaron un programa de atención especial, similar al que se hizo en el sur de Quintana Roo, proporcionándoles servicios de salud, agua, electrificación para los demás campamentos.
También hablaron con Guatemala y le propusimos que comprará haciendas para ofréceles tierra a los que deseen regresar, así que los refugiados tuvieron la opción elegir regresar a su país en un lugar donde vivir o quedarse con la nacionalidad mexicana.
Este programa fue llevado a Ginebra, Suiza, sede del Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados, llegando a una sesión caótica por todos los problemas que hay en el mundo al respecto.
“Cuando llegó el turno a México y Guatemala y presentaron lo que hacían, la asamblea se vino abajo de aplausos. Fue una aprobación unánime”, resaltó