Cancún, 2 de septiembre .- Cancún es uno de los mejores inventos mexicano, que hoy en día genera el 50 por ciento de la actividad turística del país, pero también enfrenta retos importantes que se deben atender, principalmente en vivienda y transporte, dijo Enrique de la Madrid, ex secretario de Turismo en el sexenio pasado.
Actualmente director del Centro para el Futuro de las Ciudades del Tecnológico de Monterrey señaló que para lograr que Cancún sea una mejor ciudad para sus habitantes es necesario mayor coordinación entre los gobiernos municipal y estatal, empresarios, académicos y sociedad civil para que entre todos se planeen lo que se debe hacer y cómo.
Presente en esta ciudad, invitado por la Asociación de Mujeres Empresarias capítulo Cancún para ofrecer una conferencia denominada México en la Generación de
Desarrollo, enfatizó que para avanzar en necesitamos que todos nos fijemos un objetivo, como lo es lograr clases medias, que es cuando en un país todos tienen empleo, que permita tener una vida digna.
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Enrique de la Madrid destaca que Cancún es uno de los mejores inventos mexicanos
“Si todos queremos esto, deberíamos ponernos en ese camino a través de adecuadas políticas públicas, lograr una gran alianza entre todos los sectores de la sociedad y no dedicarnos a promover las divisiones”, indicó.
Durante su ponencia en el primer evento que enmarca los festejos de 20 años de la conformación de la Asociación de las Mujeres Empresarias capítulo Cancún, expresó que, para lograr desarrollo, es necesario tener ciudades de clases medias, que satisfagan nuestras necesidades a través de un trabajo bien pagado, que atienda los temas de vivienda y sus consecuencias como contaminación y urbanidad.
“A lo largo de su historia, México ha tenido periodos en los que ha hecho bien las cosas, ya que hay capacidad y ánimo para hacerlo. Sin embargo, a veces se nota mucho pesimismo y así no se puede conseguir un mejor futuro”, indicó.
También destacó la contribución de las mujeres en el desarrollo del país, aunque muchas veces no se les valora, al tener sueldos un 30 por ciento menos que el de los hombres ante un trabajo igual.