Advierten deterioro por cambio de ruta

Organizaciones de la sociedad civil, prestadores de servicio, buzos y expertos advirtieron de los riesgos de colapsos y deterioro del acuífero de la región del Caribe mexicano por el reciente cambio de ruta del Tren Maya.

El pasado miércoles, Javier May, nuevo director del Fonatur, anunció que las vías del Tren Maya ya no pasarán por el centro de Playa del Carmen, tal como lo habían exigido hoteleros de la región, por lo que se suspenderán definitivamente las obras que se llevaban a cabo en este punto.

Para evitar embotellamientos en el Tramo 5, lo cual impactaría al turismo, y apremiar las obras se decidió mover el trazo hacia las espaldas de los hoteles, del lado oeste de la Carretera, explicó May en conferencia de prensa desde Cancún.

Las organizaciones y los particulares lanzaron durante la última semana una serie de pronunciamientos contra la modificación del proyecto, que ahora prevé pasar sobre una zona donde abundan cenotes, cuevas subterráneas y cavernas.

El proyecto original del Tramo 5 preveía correr por el camellón central de la Carretera Federal 307, que conecta los destinos turísticos de Cancún, Puerto Morelos, Playa del Carmen y Tulum.

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Advierten deterioro por cambio de ruta

Ahora la vía se adentrará en la selva vírgen, de acuerdo con el plano presentado a los propietarios de los predios donde atravesará la obra.

Vale recordar que la Península de Yucatán posee un tipo de suelo kárstico compuesto de roca caliza y un acuífero subterráneo a escasos metros de profundidad.

“Las implicaciones de construir un tren sobre o aguas arriba de un terreno kárstico, son los inminentes colapsos, la posible contaminación y degradación irremediable de este acuífero”, se lee en un pronunciamiento firmado por 37 especialistas y 20 organizaciones de la sociedad civil.

Alejandro López Tamayo, hidrogeólogo y director de Centinelas del Agua A.C., afirma que se trata de suelos poco estables, de ahí los comunes hundimientos y socavones en las zonas urbanas.

“Si aumentamos la carga sobre un sistema de cuevas subterráneas que tiene un techo limitado, con un menor espesor, es mucho más viable la destrucción de estos sitios. También es probable que sean rellenados, como es la práctica común que se ha dado”, sostuvo.

Ricardo Hernández

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