En el gigantesco complejo de favelas de Petare, en Caracas, donde el crimen y el narcotráfico golpea fuerte, los centros escolares realizan simulacros de tiroteos constantes, después de que hace días las balaceras entre bandas obligaron a suspender temporalmente las clases.

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Una estruendosa ráfaga irrumpe en la escuela y los alumnos se lanzan al suelo y se protegen la cabeza con los brazos: es el protocolo en caso de balacera en una de las barriadas más violentas de Venezuela. Tres jóvenes golpean sin cesar una lámina de lata para simular disparos durante un simulacro de rutina.

Desde el primer grado de primaria hasta el último de secundaria, sus compañeros reaccionan rápido. El simulacro toma unos 20 minutos, en los que el latón no deja de sonar. “Así como enseñamos a leer y escribir, tenemos que darles herramientas a los chicos para que puedan defenderse y aplicarlas en casa”, explica Yanet Maraima, directora de la Manuel Aguirre, con 900 alumnos.

MIEDO DE ASISTIR

La violencia es tan cotidiana que hay niños que distinguen con aterradora normalidad un tiro de pistola de uno de fusil o la distancia a la que ocurre una balacera. “Es una zona peligrosa. A veces me da miedo venir al colegio”, dice Breylis Breindenbach, de 16 años y del último año de secundaria.

Petare registró una tasa de 80 muertes violentas por cada 100 mil habitantes en 2022, según el Observatorio Venezolano de Violencia, referencia ante la falta de cifras oficiales. Es más del doble del ya alarmante indicador nacional (35.3), que sextuplica a la media mundial.

AMÉRICA

Protocolos similares existen en países con altos índices de violencia como Brasil o México. Rio de Janeiro, también con zonas dominadas por el narcotráfico o milicias parapoliciales, los aplica desde 2009 en sus más de mil 500 escuelas.

“Tener una enseñanza preparada para convivir en ese ambiente es muy importante. Ojalá un día ya no sea necesario”, dice Renan Ferreirinha, secretario municipal de Educación. También se desarrollaron dispositivos así en los estados mexicanos de Baja California Sur o Zacatecas.

Frase:

“Es una zona peligrosa. A veces me da miedo venir al colegio” – Breylis Breindenbach, estudiante de secundaria.

“Así como enseñamos a leer y escribir, tenemos que darles herramientas a los chicos para que puedan defenderse y aplicarlas en casa”, Yanet Maraima, directora de la escuela Manuel Aguirre.