Estamos muy cerca del Día de la Madre y es el mejor momento para consentir a mamá, la mejor manera de hacerlo es prepararle una rica comida que tiene que tener como final un dulce y delicioso postre, no se necesita ser un chef perfecto para realizar un platillo sabroso, aquí te presentamos tres fáciles recetas para preparar el último platillo de tan especial comidaq

También te puede interesar: Porfirio’s presenta un postre con causa: El Churro Cheesecake

Bizcocho de zanahoria

Los bizcochos son uno de los postres más populares, no solo por su suave sabor sino por lo fácil que es tanto hacerlos como transportarlos. Este es ideal para comer mojándolo en leche o en café, aunque incluso solo da la talla. ¡No necesita nada extra para resultar delicioso!

Ingredientes

Zanahoria (250 g)

Aceite de girasol (150 ml)

Harina de trigo (200 g)

Azúcar (100 g)

Huevos (4)

Levadura química (10 g)

Sal (un pellizco)

Preparación

Picamos la zanahoria y la ponemos en el vaso de la batidora. Incorporamos el aceite y lo trituramos.

Echamos los huevos en un recipiente. Los batimos un poco y les añadimos el azúcar. Seguimos batiendo hasta que se mezcle bien.

Incorporamos al recipiente la pasta de zanahoria y aceite. Colamos la harina y la levadura y la añadimos también, junto a un pellizco de sal.

Mezclamos bien todos los ingredientes usando una espátula. El resultado final debe ser una pasta anaranjada y espesa.

Cogemos un molde desmontable o uno alargado (en este caso ponle un poco de aceite y después harina, así evitarás que la masa se pegue) y lo forramos de papel de horno.

Ponemos la pasta en el molde y lo metemos en el horno, ya precalentado a 180 grados. Debe estar entre 30 y 40 minutos. Cuando creamos que ya está listo, pinchamos con un palillo, y, si al sacarlo, este sale limpio, es que ya está perfectamente cocinado. Importante: no abras el horno durante el primer cuarto de hora, o el bizcocho se bajará.

Cuando esté a punto, lo sacamos del horno y lo dejamos enfriar unos 10 minutos antes de desmoldar. Después lo ponemos sobre una rejilla para que termine de enfriarse. ¡Y listo!

 

Arroz con leche

El arroz con leche es un postre clásico de la repostería española. Aunque darle la textura correcta puede resultar laborioso, lo cierto es que la receta no tiene ningún tipo de complicación.

Ingredientes

Arroz redondo (100 g)

Leche entera (1 l)

La cáscara de un limón

La cáscara de una naranja

Una rama de canela

Canela en polvo

Azúcar (70 g)

Mantequilla (10 g)

Preparación

Calienta en una olla la leche, el arroz, las cáscaras de fruta y la rama de canela. Remueve constantemente. Recuerda que tiene que estar muy caliente, pero no debe llegar a hervir.

Cuando la temperatura sea alta, dejamos que se cocine unos 45 minutos, removiendo cada 5. Es importante no dejar de remover para que no se pegue y para que el arroz suelte almidón, lo que ayudará mucho a conseguir una textura cremosa y agradable.

Pasados los tres cuartos de hora, el arroz estará casi hecho. Añadimos entonces el azúcar y dejamos que el fuego termine de hacer su trabajo durante unos 10 minutos más. Los granos de arroz deben ya estar bastante blandos.

Apagamos el fuego e incorporamos la mantequilla. Sacamos de la olla la rama de canela y las cáscaras de los cítricos y removemos mezclando todo bien. Dejamos que se temple, removiendo cada cierto tiempo para evitar que se forme una costra seca en la superficie.

Sirve el arroz con leche en recipientes individuales y deja que se termine de enfriar. Espolvorea canela en polvo y, si quieres, decora con la rama de canela que usaste en la olla.

 

Vasitos de Oreo

Este es probablemente el más fácil de hacer de los tres postres de este artículo. Un sabor dulce y delicioso, una textura suave y característica y el toque crujiente de la galleta. No necesita fuego, está listo en menos de una hora y es especialmente apropiado para niños.

Ingredientes

Galletas Oreo (200 g)

Queso crema (250 g)

Nata para cocinar (100 ml)

Azúcar (50 g)

Preparación

Mezclamos en un recipiente el relleno de las galletas Oreo, el queso crema, la nata y el azúcar. Removemos bien hasta que obtengamos una suave crema, más líquida que densa.

Trituramos con una batidora las galletas hasta hacerlas polvo.

Preparamos vasitos. En la base, ponemos aproximadamente la mitad de la arenilla que hemos obtenido con las galletas. Depende del vaso que estemos usando, pero debería tener en torno a un centímetro de grosor. Presiona un poco para que tenga una mejor consistencia.

Incorpora la crema que preparamos en el primer paso. Aquí puedes poner tanta como quieras, pero recuerda dejar al menos otro centímetro en la parte superior para la última capa.

Sobre la crema ponemos el resto de las galletas. Metemos los vasitos en el congelador durante una media hora. Sacamos y reservamos en la nevera, o, si puedes, calcula los 30 minutos de tiempo en el congelador para servirlos directamente desde allí después de la comida.