Estados Unidos sufrió 36 ataques de tiburones no provocados, poco más de la mitad del número total en todo el mundo. Credit: AFP

Las mordeduras de tiburones y muertes de personas atacadas aumentaron en el mundo durante el 2023.

Ese año, se registró un número desproporcionado de decesos en Australia a raíz del mayor contacto con humanos, incluso en momentos en que estos depredadores enfrentan una crisis de extinción.

El año pasado hubo 69 ataques no provocados de tiburones, superando los 63 de 2022, y diez muertes, el doble que el año anterior y el máximo en 12 años.

Esto, según el Archivo Internacional de Ataques de Tiburones, informe global anual publicado el lunes por la Universidad de Florida.

Al respecto habló Gavin Naylor, director del Programa local de Investigación de Tiburones en el Museo de Historia Natural de Florida y coautor del estudio.

Señaló a la AFP que el aumento no significa que los tiburones se estén volviendo más numerosos o feroces.

Tres de las muertes ocurrieron frente a la costa del sur de Australia, en una región llamada Península de Eyre.

Ahí, una población de focas en recuperación motivó a los tiburones blancos a acercarse a una región remota donde frecuentan los surfistas.

“Si te ataca a un tiburón blanco probablemente no vayas a tener todos los helicópteros capaces de llegar allí en cinco minutos, ni camillas ni toda la infraestructura médica”.

Gavin Naylor.

En total, Australia registró cuatro muertes, seguidas de dos por Estados Unidos y una en las Bahamas, Egipto, México y el territorio francés de ultramar Nueva Caledonia.

No todos los ataques de tiburón fueron directos

Estados Unidos sufrió 36 ataques no provocados, poco más de la mitad del número total en todo el mundo.

La mayoría de estos son lo que se denominan mordeduras de “prueba”, o sea cuando un tiburón confunde a un humano con una presa.

“Provocar” a un tiburón está definido como acercarse intencionalmente a uno o nadar en un área donde se usaba cebo para atraer peces.

Tales incidentes no fueron incluidos en los recuentos principales del estudio.

Los datos se recopilaron a través de informes de los medios de comunicación y luego fueron validados por Naylor y su coautor, Joe Miguez.

Naylo resaltó que “a nivel mundial, el número de tiburones ha disminuido”, con una amplia tendencia a que se acerquen a las aguas costeras a medida que la sobrepesca provoca el colapso de las poblaciones de peces en el océano.

La revista científica Nature publicó en 2021 un estudio que demostró que la abundancia global de tiburones y rayas oceánicos ha disminuido 71% desde 1970.

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