Toma aérea de un derrame de concreto junto a la zona de manglar, donde se construye un puente en Cancún.
Toma aérea en la que se observa el derrame de cemento junto al manglar, durante la construcción del Puente Lagunar Nichupté. Credit: Guillermo D'Christy. / @gchristy65

Un derrame de cemento en el área de manglar, a consecuencia de los trabajos de colado de pilas del puente que cruzará la Laguna Nichupté, en la zona hotelera de Cancún, fue evidenciado por ambientalistas locales.

“Desprecio total al cuidado ambiental por las compañías y la autoridad. Una vez más la ciudadanía haciendo la chamba”, expuso el hidrólogo Guillermo D’Christy en una publicación en sus redes sociales.

Este señalamiento fue respaldado por imágenes aéreas en las que se observan las manchas de cemento en el cuerpo lagunar.

La misma publicación es replicada por Carlos Dehesa, también expositor de los daños ambientales generados por obras como el Tren Maya.

El activista aseguró que los ambientalistas ya preparan una denuncia para presentarla ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa)

Compensación con programas ambientales: SICT

A través de una ficha informativa, la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), a través de su Dirección General en Quintana Roo, aseguró que en la construcción del Puente Vehicular Nichupté aplicó el programa de restauración ambiental más grande realizado en su historia.

Expuso que la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) fue aprobada sobre las 4 hectáreas en las que se desarrolla.

La MIA, precisó la SICT, ordena una compensación ambiental de 306
hectáreas,
emitida en tiempo y forma por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

Afirmó que la construcción es supervisada en materia ambiental por tres empresas especializadas.

También, indicó que la apertura de 7 canales sobre uno de los polígonos del Área Natural Protegida (ANP) de Manglares de Nichupté, forma parte de los programas ambientales de compensación del proyecto.

Asimismo, reiteró que el sedimento lagunar removido y liberado como resultado de la perforación para instalar columnas y soportes es materia orgánica en descomposición y no una “sustancia tóxica”.

Recolectan residuos de la construcción

Además, expone que, debido a las necesidades del proyecto, la SICT amplió las superficies contempladas inicialmente en el acuerdo de Destino, derivado principalmente de la superficie destinada para el camino al Muelle 57.

La regularización de estas superficies está a cargo de empresas ambientales contratadas.

Estas mismas, continuó, recolectan los residuos generados que floten de las mallas anti-dispersión que recalan al lado sur del malecón Tajamar.

Incluye “aquellos (residuos) que no pertenecen a la construcción y que llegan por arrastre del viento”.

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