Mexicanos por Quintana Roo.
Al centro, Sergio León Cervantes, presidente de Empresarios por Quintana Roo. Credit: Especial.

Reducción laboral: ¿Cómo implementarla sin afectar a los más vulnerables?

Tras la confirmación de la reducción gradual de la jornada laboral a 40 horas semanales en México, Sergio León Cervantes, presidente de Empresarios por Quintana Roo, planteó la necesidad de abrir mesas de diálogo con los sectores económicos clave del país.

El objetivo: construir un plan de implementación que considere las realidades de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes).

León Cervantes recordó que esta propuesta lleva más de una década siendo impulsada por organismos internacionales como la ONU, la OMC y la OIT, y que México debe seguir avanzando hacia modelos laborales más justos y sostenibles, al igual que lo han hecho economías desarrolladas.

Preocupación por el impacto en sectores sensibles

“El país debe transitar hacia una semana laboral más humana, pero considerando las particularidades de cada sector, como los servicios financieros, educación, salud, comercio y el turismo”, declaró el empresario.

En este contexto, hizo énfasis en los posibles efectos negativos para trabajadores que dependen de propinas, como meseros y personal de atención en el sector turístico.

Estos trabajadores, conocidos como propineros, suelen realizar horas extra o turnos dobles que representan hasta un 20 % adicional en sus ingresos mensuales.

Reducir su jornada sin un esquema de compensación podría impactar directamente en su sustento económico.

La transición debe ser progresiva y flexible

En contraste, señaló que en los empleos administrativos u operativos que no dependen de propinas, la implementación de las 40 horas semanales sería más sencilla.

Aun así, insistió en la importancia de establecer un modelo progresivo, flexible y consensuado, especialmente para proteger al sector turístico, uno de los pilares económicos de Quintana Roo.

El plan del Gobierno federal contempla una reducción escalonada hasta alcanzar las 40 horas semanales en 2030, lo que da margen para un diseño colaborativo que no frene el desarrollo económico ni afecte el bienestar de los trabajadores.