Es común que al llegar a la tercera edad, las personas evalúen su vida retrospectivamente. Surgen preguntas y reflexiones sobre si lograron sus metas, fueron fieles a sus ideales y vivieron bien. Es lógico que en este proceso de autoevaluación aparezcan arrepentimientos.
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¿Qué son los arrepentimientos?
Los arrepentimientos son estados emocionales que pueden causar malestar o dolor por decisiones o conductas pasadas consideradas incorrectas, hirientes o vergonzosas. Aunque tienen una connotación negativa, ayudan a analizar los resultados de nuestras decisiones y a aprender de nuestros errores.
Esto dice una experta
Susana Ruiz Ramírez, de la Facultad de Medicina de la UNAM, ha estudiado los arrepentimientos más comunes en la vida, enfocándose en la vejez. “Los arrepentimientos son comunes en la vejez, debido a la reflexión sobre nuestras acciones y la proximidad de la muerte. Esto nos lleva a preguntarnos qué podemos hacer aún para irnos con tranquilidad”, expresó la experta.
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Arrepentimientos más frecuentes
Según investigaciones y testimonios en cuidados paliativos, los arrepentimientos más comunes antes de morir incluyen:
1. No seguir mis sueños
Los arrepentimientos relacionados con aspiraciones no realizadas son muy comunes. “Hay que diferenciar entre sueños idealistas e inalcanzables y aquellos que aún son posibles. Por ejemplo, un paciente quería viajar en moto por México y, aunque no recorrió todo el país, visitó varios lugares. Sin embargo, si alguien aspira a ser futbolista a los 30 años, es más complicado”, explicó Ruiz Ramírez.
2. Trabajar demasiado
Este arrepentimiento tiene varias perspectivas. Algunos se arrepienten por no haberse desarrollado en la ocupación deseada o por no haber dedicado suficiente tiempo a su familia. “El trabajo puede ser un impedimento para estar con seres queridos, pero si trascendemos en él, el arrepentimiento es menor. Quienes no aportan en su ambiente laboral tienden a ser más infelices y a tener mayores arrepentimientos”, señaló Ruiz Ramírez.
3. No hablar de mis sentimientos
Es crucial expresar nuestros sentimientos. “Después de la Segunda Guerra Mundial, se promovió ocultar los sentimientos negativos. Esto ha llevado a una cultura de reprimir emociones desagradables, lo cual puede causar más daño a largo plazo. Es importante aprender a comunicarnos con asertividad y empatía desde la infancia”, agregó la especialista.
4. No conservar las amistades
“Debemos entender que somos seres en constante cambio y algunas amistades pueden terminar. Es válido arrepentirse por no haber cultivado ciertas relaciones, pero es necesario evaluar por qué se dejaron esas amistades. Esto nos ayudará a decidir si queremos retomarlas o simplemente comprender por qué ya no son parte de nuestra vida”, comentó Ruiz Ramírez.
5. No fui feliz
El arrepentimiento de no haber sido feliz es complejo, ya que cada persona tiene su propia percepción de la felicidad. “La felicidad suele ser momentánea, lo que hace comprensible que algunas personas se arrepientan de no haber sido felices, incluso si tuvieron una vida satisfactoria”, explicó la experta.
Es natural reflexionar sobre nuestras vidas y encontrarnos con arrepentimientos. Estos sentimientos pueden servirnos para hacer cambios significativos y encontrar la paz interior. Reconocer estos arrepentimientos nos permite aprender y crecer, incluso en la vejez.
Cómo hacerles frente a los arrepentimientos
Para vivir una vida con menos arrepentimientos, Ruiz Ramírez sugiere:
- Resolver: Tomar medidas activas en lugar de lamentarse.
- Alcanzar una tranquilidad espiritual: Dar amor y perdón, más allá de lo religioso.
- Aceptar lo inmutable: Si no podemos cambiar algo, no debemos vivir aferrados a ello.
- Perdonarse a sí mismo.
Identificar lecciones positivas.