Oficialmente el operativo comenzó ayer.
Pero los preparativos comenzaron un día antes, con discusiones de muchas horas y sobre todo con instrucciones a los cuatro puntos cardinales.
Oficialmente el operativo comenzó ayer.
Pero los preparativos comenzaron un día antes, con discusiones de muchas horas y sobre todo con instrucciones a los cuatro puntos cardinales.
Lo adelantamos aquí el jueves pasado:
Comienza la cacería de candidatos desde el poder.
Informamos cómo altos miembros del Gobierno, e inclusive desde Palacio Nacional, buscaban seducir a opositores.
La nominación de Alfonso Ramírez Cuéllar quedará como un conflicto más de los muchos del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Un día, Carlos Urzúa comía con un colaborador en La Número 1.
Por la mesa pasaron básicamente hacendarios, su área.
Lo avistó un amigo y fue a saludarlo.
Se buscan cuadros de primer nivel.
De preferencia con arraigo regional para asegurar la victoria del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en 2021.
Hoy continuará el show de Morena.
Alfonso Ramírez Cuéllar acudirá ante un acosado INE en busca de reconocimiento.
Quiere ser presidente del partido, a pesar de surgir de una elección muy cuestionada.
Serán aliados, pero hay condiciones.
Hoy lo saben muy bien los partidos Verde Ecologista de México (PVEM) y del Trabajo (PT).
Jugadores del beneficio personal de sus dirigentes, respectivamente la familia González Martínez y Alberto Anaya, no tienen todas las consideraciones.
Os lo aseguro:
Al interior del Gobierno se da un debate ideológico, político y económico.
El punto de partida es el estancamiento de la economía.
Me equivoqué.
Anuncié la convocatoria de gobernadores de todo signo a Palacio Nacional con el fin de hacerlos firmar su adhesión al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi).
Le dijo de todo y ayer lo reconoció.
Lo menos: huevón, mantenido.
Él lo gritó a los cuatro vientos durante las campañas presidenciales de 2018, en reuniones cerradas, en actos públicos, en debates televisados.