Barack Obama, ex presidente de Estados Unidos, llamó hoy a través de sus redes sociales a la población de su país a poner un alto a la violencia armada que este fin de semana dejó decenas de muertos en dos diferentes ataques ocurridos en las ciudades de El Paso, Texas, y Dayton, Ohio.

El siguiente es la traducción al español del texto íntegro que hizo público en nombre de su esposa, Michelle, y en el suyo:

“Michelle y yo lamentamos con todas las familias de El Paso y Dayton que fueron afectadas por estas últimas masacres. Aún cuando los detalles siguen surgiendo, hay algunas verdades que ya conocemos”.

“Primero, ninguna nación en la Tierra se acerca en la frecuencia de tiroteos masivos que vemos en los Estados Unidos. Ninguna otra nación desarrollada tolera los niveles de violencia armada que nosotros tenemos. Cada vez que sucede esto, se nos dice que el endurecimiento de las leyes de control de armas no detendrán todos los asesinatos; que ello no detendrá que cada persona alterada consiga un arma y mate a gente inocente en lugares públicos. Pero la evidencia muestra que se pueden detener algunas masacres. Se puede evitar el sufrimiento de algunas familias. No estamos desamparados en esto. Y mientras todos nosotros no nos levantemos e insistamos en llamar a cuentas a autoridades públicas para cambiar las leyes sobre armas, estas tragedias continuarán sucediendo”.

“Segundo, mientras las motivaciones detrás de estos tiroteos no son plenamente conocidas, hay indicadores de que el tiroteo de El Paso sigue una tendencia peligrosa: individuos con problemas que adoptan ideologías racistas y se ven obligados a actuar con violencia para preservar el supremarcismo blanco. Como los seguidores de ISIS y otras organizaciones terroristas extranjeras, estos individuos pueden actuar solos, pero han sido radicalizados por sitios nacionalistas blancos que proliferan en internet. Ello significa que tanto las agencias procuradoras de justicia y las plataformas de internet deben presentar mejores estrategias para reducir la influencia de estos grupos de odio”.

“Pero igual de importante, todos debemos enviar un llamado a la acción y comportarnos bajo los valores de la tolerancia y diversidad que deben ser el sello de nuestra democracia. Debemos rechazar de manera contundente el lenguaje de cualquiera de nuestros líderes que alimente un clima de miedo y odio, o que normalice los sentimientos racistas; los líderes que demonizan a aquellos que no se ven como nosotros o se refieren a otras personas como sub-humanas, o que hacen implícito que Estados Unidos pertenece sólo a un tipo de personas. Ese lenguaje no es nuevo -ha sido la raíz de la mayoría de las tragedias humanas a lo largo de la historia, aquí en Estados Unidos y alrededor del mundo. Es la raíz de la esclavitud y de Jim Crow (que promulgó leyes de segregación racial), el holocausto, el genocidio en Ruanda y la limpieza racial en los Balcanes. No hay lugar para eso en nuestra política y en nuestra vida pública. Y es tiempo de que la aplastante mayoría de estadounidenses de buena voluntad, de cada raza, religión y partido político, digan basta, de manera clara e inequívoca”.

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