Los procesos judiciales que se realizan en el estado aún tienen como centro una postura a partir de la visión del adulto, por lo que se necesita una perspectiva a favor de las infancias, apenas hace dos años que se está tratando de dejar una visión adultocentrista y en ese mismo periodo se han juzgado dos asuntos bajo ese esquema, informó María Jesús Ocaña Dorantes, presidenta del Proyecto Cristal A. C.
Promueven nueva perspectiva en juicios
La representante de esta organización, que trabaja muy de cerca con grupos vulnerables, explicó que el reconocimiento de los derechos de las infancias es relativamente reciente, puesto que data de hace unos 60 años.
“60 años es muy poquito tiempo, porque los niños y niñas siempre han existido, lógicamente, los procedimientos judiciales se llevan con un concepto de adulto y a pesar de que ellos y ellas son los importantes en estos procedimientos, están ajenos a estos”, lamentó.
Ocaña Dorantes dijo que, a pesar de que hoy por hoy existen personas e instituciones que se abocan a la defensa de los derechos de las infancias, aún no existe un involucramiento de este sector de la población en los procesos legales o juicios.
Detalló que apenas hace dos años el Poder Judicial del Estado cuenta con la infraestructura suficiente para cambiar de un paradigma adultocentrista de impartición de justicia, a otro centrado en las infancias que garanticen el acceso a sus derechos más fundamentales.
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Consideró que es necesario que el lenguaje de impartición de justicia involucre a los niños y niñas, a través de la capacitación de quienes están en contacto con este sector poblacional.
La presidenta de Proyecto Cristal abundó que, en Yucatán, hasta donde ella tiene conocimiento, únicamente ha habido dos sentencias judiciales elaboradas a través de una perspectiva a favor de las infancias.
Ejemplificó que estas perspectivas de escuchar a las infancias se pueden aplicar cuando hay un conflicto por la guardia y custodia del menor, es decir, preguntarle y finalmente que ellos y ellas decidan con qué padre desean convivir.
“Desafortunadamente, las resoluciones que involucran a las infancias se resuelven como si se tratasen de objetos, ya que no se están escuchando sus voces”, comentó.
Por último, indicó que hace falta una mejor capacitación para las personas profesionales del derecho, para que a su vez sean capaces de poder entablar una comunicación con los menores con un lenguaje sencillo que permita, en tal sentido, escuchar sus deseos e inquietudes