Veinte antigüedades dañadas durante la guerra civil en Siria y restauradas por especialistas checos están expuestas en el Museo Nacional de Praga en espera de su regreso a su país de origen a fines de mayo.

Entre las obras expuestas figuran tres retratos funerarios en piedra del sitio antiguo de Palmira, dañados por combatientes yihadistas del Estado Islámico cuando se apoderaron en 2015 de esta ciudad clasificada como patrimonio mundial por la Unesco.

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Los objetos fueron “dañados por los combatientes, deliberadamente por razones ideológicas o por habitantes que buscan algo para vender”, declaró el director del Museo nacional, Michal Lukes.

“Estos retratos fueron dañados con martillo”, subrayó. Las fuerzas gubernamentales sirias retomaron el control de Palmira en 2017. La ciudad fue antes escenario de ejecuciones públicas y sus monumentos emblemáticos y sus vestigios arqueológicos fueron destruidos por militantes del grupo Estado islámico.