Ellos viven en una colonia irregular de Othón P. Blanco, y no pierden la esperanza de que los Reyes Magos lleguen con los regales que han esperado durante toda su niñez.
Ellos viven en una colonia irregular de Othón P. Blanco, y no pierden la esperanza de que los Reyes Magos lleguen con los regales que han esperado durante toda su niñez. | Imagen: Marco Barragán.

Viven en hacinamiento, en una zona de invasión de Othón P. Blanco. La ilusión del Día de Reyes llega a la casa de madera y algunos bloques hasta la noche con un trozo de Rosca de Reyes y algo de refresco, en el mejor de los casos.

La familia Chi Cab está conformada por siete miembros entre abuelos y tíos que viven en la misma casa, una vivienda de tres ambientes. Aunque la mayoría de los adultos trabaja, lo que ganan no es suficiente para que los dos pequeños miembros, de 9 y 7 años, tengan obsequios el Día de Reyes.

Aide Cab es la madre de familia, se dedica a cuidar de sus hijos y se lamenta porque con los pocos recursos que se generan no les alcanza para juguetes; lo más a lo que los niños pueden aspirar es a tener un pedazo de rosca y un refresco este 6 de enero.

Viven en la colonia irregular Mártires de Antorchistas, ubicada en la ciudad de Chetumal, en el municipio de Othón P. Blanco, a 4 kilómetros a las orillas de la ciudad, lo que significa un buen gasto para que los miembros de la familia lleguen a sus lugares de trabajo, lo que dificulta ahorrar para cumplir con la “magia de los Reyes Magos”.

Para la jefa de familia lo más que podrán festejar este 6 de enero será hasta la noche con un poco de rosca y refresco, pues todos tienen que salir a laborar para solventar los gastos de alimentación y de renta pues, aunque viven en una zona irregular, deben pagar al dueño del terreno por el espacio.

El anhelo de un juguete en Día de Reyes

Mientras la mamá habla de las dificultades que tendrán para tratar de dar algún juguete a sus hijos, el pequeño Irving Alonso Chi Cab, de 7 años, dijo que lo que más anhela que le traigan los Reyes Magos es un carrito, aunque después dijo que su sueño es tener uno a control remoto “o al menos un carrito a escala con tal de poder recibir un regalo” (ese día).

Desafortunadamente, tanto Irving como su hermano mayor ya saben lo que es no tener un juguete nuevo el 6 de enero, pero no se entristecen tanto porque sus padres les han dicho que el dinero que se guarda es para sus estudios, uniformes y útiles escolares.

“Lo que más me gusta de la festividad es poder compartir con la familia, un poco de la rosca de reyes y un refresco o un chocolate, aunque sí me haría más feliz recibir un carrito” explicó mientras aprovechaba jugar con el teléfono celular de su madre mientras ella estaba ocupada.

La madre recordó que esta precaria situación la han vivido desde hace ya 10 años, por lo que como familia no han podido cumplir como Reyes Magos, aunque en por lo menos tres ocasiones sus hijos han logrado tener un juguete nuevo el 6 de enero gracias a algunas asociaciones civiles que han visitado la colonia con regalos.

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