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El agua siempre ha demostrado ser un elemento imprtante en nuestra vida diaria y es que el hacer ejercicio en el agua no es una excepción ya que esta no solo reduce el riesgo de lesiones sino que también activa el cerebro y la circulación sanguínea.

¿Sabías qué la mejor forma de hacer ejercicio es en el agua?

De hecho, la natación es uno de los deportes que más se repiten en las listas de actividades físicas aconsejadas debido a que se considera que trabaja con el cuerpo completo.

Además, también se puede aprovechar este medio fluido para rehabilitaciones, recuperaciones o sesiones complementarias más allá del gimnasio porque reduce las posibilidades de algunas lesiones incluso cuando se desarrollan actividades de impacto.

Estas son algunas de las razones por las que es bueno hacer ejercicio en el agua y que muchos desconocen:

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El agua como apoyo para la actividad física

El agua puede aprovecharse de diferentes maneras como apoyo. Primero, como red de protección para las personas con problemas de equilibrio o con los músculos débiles para sostenerse.

Además, también sirve para trabajar el equilibrio en cualquier persona puesto que hay que gestionar el movimiento en condiciones diferentes. Esto es muy útil para cualquier tipo de deportista porque ayuda a ejercitar la parte inferior del cuerpo.

Por otra parte, las actividades físicas en el agua reducen las posibilidades de algunas lesiones. Esto es otro factor que puede utilizarse para desarrollar musculatura gracias a que se mantiene cierta resistencia al aplicar los ejercicios pero sin los riesgos derivados de estar expuestos a la gravedad.

Refrescante

Nadar en una piscina o hacer aquaobox, aquafitness, etc. puede ser una actividad muy intensa para la que hay que invertir mucha energía y quemar calorías. Cada cual puede establecer su intensidad, frecuencia y tiempo de entrenamiento. La ventaja es que la temperatura del cuerpo no va a subir nunca demasiado por la capacidad de este fluido para mantener la temperatura. El extra es la sensación de refresco en estas situaciones.

Ayuda a la circulación de la sangre

El riesgo de sufrir un desmayo mientras se hace una actividad física disminuye en el agua gracias a su efecto en la circulación sanguínea.

Hacer ejercicio en la piscina aumenta la cantidad de sangre que pasa por el corazón y esto mejora la presión arterial. Además de los correspondientes beneficios físicos, amplía las posibilidades, puesto que aumenta la tolerancia al ejercicio, según los expertos, y esto amplía a su vez el margen para seguir entrenando.

Más sencillo

Existen una serie de actividades físicas que pueden suponer un riesgo para ciertos perfiles de personas. Por ejemplo, quienes quieren volver a hacer ejercicio después de haber sufrido un episodio cardíaco o han perdido movilidad por ciertos motivos. O simplemente han pasado demasiado tiempo de manera sedentaria y podrían sufrir lesiones con cambios bruscos en su estilo de vida.

Regresar a la actividad en la piscina supone la ventaja de que la progresión es más paulatina. “En el agua no luchas contra la gravedad, así que te puedes mover más fácilmente”, recuerda Barbara Giesser, catedrática de Neurología en la Universidad de California.

También ayudará a recuperar confianza. “Empezar dando pasos en el agua puede mejorar la manera de caminar en tierra firme”, asegura la doctora Sandra Stevens, quien ha publicado una investigación que señala las ventajas para los pacientes con una lesión en la columna después de ocho semanas caminando en una cinta de correr sumergida.

Más divertida

Otro aspecto por el que fisioterapeutas y expertos en la actividad física recomiendan hacer ejercicio en el agua es por el componente mental. Si bien para algunas personas acudir al gimnasio o hacer algún deporte puede ser considerado como parte de una rutina obligatoria que no anima a acudir al lugar designado, en las piscinas hay un componente recreativo que ayuda a cambiar la actitud.

Y hay un detalle que puede animar a los principiantes: la natación no dejará agujetas de recuerdo en ningún momento porque se desarrolla con movimientos excéntricos y estos no provocan esas microrroturas tan molestas para los novatos del deporte.