Nueces (Pixabay)
Nueces (Pixabay)

La nuez es un fruto seco que no falta en las bebidas, ensaladas y postres navideños. Se cree que puede durar mucho tiempo almacenada prácticamente en el lugar que sea, pero la verdad es que como cualquier otra fruta, necesita condiciones muy específicas y contrario a lo que pudiéramos creer, la verdad es que sí hay una manera en que puedes optimizar su almacenamiento para que no se enrancie.

Te puede interesar: Esto es lo que cuesta comer en el restaurante de Rafa Nadal

Sí, es cierto que muchos de nosotros solíamos guardarlas en la alacena o bien hasta en canastas, donde jurábamos que nos iban a durar muchos meses, pero la sorpresa venía al momento de abrirlas, cuando nos dábamos cuenta de que sabían amargas y no entendíamos por qué, si según nosotros habíamos seguido todas las recomendaciones para guardar y conservar en buen estado nuestras nueces.

¿Por qué las nueces se ponen rancias?

Esto ocurre, porque la exposición de luz, oxígeno y calor, que se suele tener en la despensa, puede hacer que las nueces se vuelvan rancias más rápidamente, debido a que tienen un alto nivel de grasas no saturadas y al mantenerlas alejadas de estas, pues deberían de durar más y mantener un mejor sabor. Lo creas o no, es más fácil de lo que te imaginas.

 

Para que tus nueces duren mucho más, lo más recomendable es meterlas en un recipiente hermético, el cual después irá en el refrigerador o en el congelador, para que se mantengan secas y frescas. Así, al momento en que quieras usarlas, no tendrán el tan temido sabor a rancio. Sin embargo, a pesar de esto, sí hay detalles que tienes que cuidar para que se conserven lo mejor posible.

Cuando decides guardar las nueces en el refrigerador, es imprescindible que uses el frasco hermético y de ser posible, lo mantengas alejado de alimentos que tengan un olor muy penetrante, como las cebollas, debido a su capacidad para absorber olores. Además, debes considerar que estos frutos secos podrían empezar a perder sabor, incluso en el recipiente o bolsa herméticos, pero te aguantan hasta cuatro meses en buenas condiciones. Cuida también que no estén cerca de fuentes de calor, como el horno.