La gastronomía se ha reinventado hasta alcanzar el estatus de arte, y se ha convertido en pieza cultural y motor de la economía. Pero ahora ya se habla de su digitalización y del gran salto en el metaverso y el desarrollo de NFT para restaurantes.

Mark Zuckerberg anunciaba en octubre de 2021 su intención de convertir Facebook en Meta. En ese momento hizo públicas unas palabras que empresas y usuarios todavía están descubriendo. Su objetivo era vincular el mundo real con el mundo digital hasta niveles nunca imaginados hasta ahora.

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Por ejemplo, el gigante de comida rápida McDonalds ya anunció este año el estreno de nuevos locales virtuales. Aquí, los clientes pueden entrar mediante gafas de VR y realizar sus pedidos, que serán enviados a domicilio. Y en 2023 se espera la apertura de Flyfish Club, el primer club gastronómico privado del mundo que permitirá el acceso a su local físico en Nueva York solo a través de NFT, soportados por tecnología Blockchain. Por otro lado, el conocido chef Gordon Ramsay ha hecho virtual su programa ‘Hell’s Kitchen’, a través del videojuego The Sandbox.

El objetivo de recrear la gastronomía en el metaverso es ofrecer un nuevo escaparate digital, a través de la creación de réplicas en 3D, tal y como ya sucede en otros sectores como el ocio, la moda, los videojuegos o la cultura, que ya son virtuales.

Pero ¿qué significa que un restaurante esté presente en el metaverso? No se trata de comer en Internet, ni siquiera de mantener una sobremesa. Lo que se busca es mejorar la presentación de la oferta gastronómica y acercar los locales a un público más amplio, gracias a luso de tecnologías como la Realidad Virtual o la IA.

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Desde ver la carta de un restaurante hasta ser atendido por un robot, o hacer un pedido virtual, que poco después llegará al domicilio. Esta ventaja parte de las black kitchens o cocinas fantasmas, que tanta popularidad ganaron durante los peores meses de la pandemia, ya que daban servicio de cocina a domicilio.

En realidad, se trata no solo de comida física. La gastronomía en el metaverso va más allá del paladar, para intensificar el placer de comer a través de experiencias inmersivas, incluso añadiendo herramientas de gamificación a lo que sería el habitual ritual de sentarse a la mesa.