La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) dio su anuencia para la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) de los 255.5 kilómetros de infraestructura que corresponden al Tramo 6 del Tren Maya.

En el documento de 503 páginas, la empresa promovente, Fonatur Tren Maya, precisa el alcance e impacto que tendrá el proyecto ferroviario en Tulum, Felipe Carrillo Puerto, Bacalar y Othón P. Blanco.

Te puede interesar: Alistan estación de Tren Maya en Chetumal

Discurrirá por la zona selvática en paralelo de la Carretera Federal 307 y al paso de servidumbre de las líneas de alta tensión de la Comisión Federal de Electricidad (CFE); contempla 4.66 kilómetros en paralelo de la Carretera Federal 186 y por detrás de desarrollos y localidades para conectar con el Tramo 7.

Confirma la instalación de tres estaciones en las cabeceras de Felipe Carrillo Puerto, Bacalar y Othón P. Blanco, dos paraderos en Tulum y Limones, una base de mantenimiento en FCP y la construcción de cocheras y talleres en la capital del estado.

Esto se traduce en el uso de mil 595.18 hectáreas, de las cuales, mil 495.4 son terrenos forestales que requieren el cambio de uso de suelo.

Para preparar el sitio y construcción contemplan siete campamentos, entre estos el polígono del Aeropuerto Internacional de Chetumal, en la comunidad de Buenavista; las instalaciones militares de Xtomoc, el vivero militar de Felipe Carrillo Puerto y otros tres que están por definir.

Puedes leer: Abrirá Tren Maya el esplendor del pasado

Aunque en la zona donde se instalará el trazo del Tramo 6 del Tren Maya existen humedales y manglares, la construcción de la infraestructura preferentemente no pasará por este ecosistema; sin embargo, contempla una superficie de incidencia de 275 metros, en los que las estructuras irán piloteadas para no afectar el Estero de Chac.

El proyecto contará con 138 pasos de animales para garantizar la conectividad entre ecosistemas y reducir las colisiones con vehículos, pues en la zona habitan 44 especies de flora y 65 de fauna en alguna categoría de riesgo, de acuerdo con la NOM-059- SEMARNAT-2010.

Derivado de lo anterior, según la MIA; contempla una serie de medidas de mitigación par a atenuar las afectaciones que el proyecto pueda generar, englobadas en el denominado “Programa de Vigilancia Ambiental (PVA)”, integrado por los esquemas de monitoreo de la calidad del aire, conservación de suelos y reforestación, educación ambiental, gestión hídrica integral, manejo de flora y fauna silvestres, prevención mitigación y manejo de contingencias ambientales y manejo integral de residuos.