La influencer Maire Wink denunció, mediante un video en YouTube, que el llamado “creador de la autosanación”, Ricardo Ponce, utiliza sus encuentros de “sanación” para, presuntamente, abusar de mujeres.

Maire narró que cuando acudió a uno de los encuentros, los cuales realiza en Bacalar, Quintana Roo, Ponce inmediatamente comenzó a “coquetear” con ella y las charlas que sostenía con él eran de índole sexual.

En el “retiro“, Ricardo continuamente le preguntaba a la influencer que por qué corría del amor y la llamaba a no bloquear su “energía sexual”.

En un inicio “me estaba tratando de manipular, diciéndome que si no me acostaba con él era por mi corazón cerrado”.

La youtuber narró que, en una dinámica, llamada ÔÇÿtúnel de los ángelesÔÇÖ, en la cual los participantes forman un túnel por el que todos pasan mientras reciben palabras de amor, al salir fue recibida por Ponce, quien le insistió que “tenía que dejar de correr del amor”.

“Yo estaba bañada en lágrimas (por las emociones de la dinámica). ÔÇÿMe dijo que bonita te ves llorandoÔÇÖÔǪ Sí me enganché un poquito”, reconoció Maire en el video.

Cuando terminó el retiro de fin de semana, Ricardo Ponce le pidió a Maire que no se retirara, a lo que ella accedió: “terminando fuimos a un bar con su staff e invitadosÔǪ Ricardo me da un beso, me lleva a unas oficinas, se baja los pantalones y me dice chúpamela”.

“Estaba en shock. Fue el sexo más burdo de mi historia, en donde Ricardo estaba buscando su celular porque quería grabar. Me pregunté después, “¿este es el hombre que vende webinars sobre energía sexual?”, detalló.

Según la mujer, cuando regresaron al bar había una pelea porque alguien había descubierto a Ricardo teniendo sexo oral con una chica nueva de su staff: “Mientras se desataba la pelea, Ricardo coqueteaba con otra de sus invitadas. Ricardo se fue en su camioneta con ella”, por lo que se hizo evidente que esa actitud era habitual.

Maire Wink incluyó en su video testimonios de otras personas quienes aseguraron que la actitud de Ricardo en los retiros (los cuales tienen un costo de entre 55 mil y 75 mil pesos) es la misma: “seduce a mujeres, las filma teniendo relaciones sexuales y organiza orgías”, como en una secta sexual.

Una de las víctimas aseguró que denunció los hechos penalmente ante la Fiscalía de Quintana Roo, a lo que recibió un requerimiento legal pues Ponce la demandó por, supuestamente, haberle pedido dinero para no decir nada.