Un total de 457 personas, presuntamente inocentes, se encuentran encarcelados en algún penal de Quintana Roo en espera de recibir una sentencia, ya sea condenatoria o absolutoria.
De acuerdo con datos del Poder Judicial, a los que tuvo acceso este medio, del total, 328 personas se encuentran encarceladas por presuntos hechos cometidos en Cancún.
Esperan sentencia más de cuatrocientas personas
Otras tres personas se encuentran esperando sentencia por presuntos hechos cometidos en Puerto Morelos, 29 más por hechos en Felipe Carrillo Puerto, nueve en Cozumel, 79 en Playa del Carmen, uno en Tulum y ocho más en la zona del extremo sur de Quintana Roo, entre Bacalar y Chetumal.
Todo privado de su libertad es, de acuerdo con la Ley Nacional de Ejecución Penal, una persona procesada o sentenciada que se encuentre en un Centro Penitenciario.
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Y por persona procesada se refiere a los sujetos a proceso penal sometidos a prisión preventiva, pero que no han sido sentenciados, es decir, que no se les ha impuesto una sanción penal en virtud de una sentencia condenatoria o absolutoria.
Hay casos que llevan más de dos décadas encerrados, sin que se resuelva en definitiva su proceso legal, sin que se sepa si fue culpable o no de los hechos que se les imputa.
El caso más viejo, data de 2002 y fue por un presunto hecho delictuoso cometido en Cancún, aunque no se detalla el tipo del delito por el cual se inició el proceso judicial.
En Cancún hay gente en espera de sentencia, procesada por delitos como uso de documentos falsos, violación, extorsión, secuestro, lesiones, homicidio, fraude, abuso sexual, violencia familiar,
En Felipe Carrillo Puerto los delitos cometidos, por los que se iniciaron procesos y se mantiene a la gente reclusa, son violación, robo, abusos sexuales, daños cuplosos, homicidios y lesiones culposas, robo calificado, homicidio calificado, violación en grado de tentativa, extorsión.
En Cozumel se dan casos entre homicidio, robo, falsificación de documentos y uno de pornografía infantil.
En el caso de Playa del Carmen el abanico es mucho más amplio. Se incluyen casos de secuestro, extorsión, homicidio, despojo, administración fraudulenta, delitos contra la salud, entre otros.
En el sur, el Poder Judicial, da cuenta de cuatro personas procesadas por hechos presuntamente cometidos en Mahahual, en 2006; una por homicidio calificado en Chetumal en 2011; uno por violación en la comunidad Javier Rojo Gómez en 2012.
También el Poder Judicial consigna un caso de abuso de confianza en Bacalar cometido en 2013 y otro más de lesiones calificadas en Chetumal, ocurrido en 2013.
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Procesos largos
Casos como el suscitado el 6 de abril de 2014 dan cuenta de la desproporción de esta situación. Una persona fue procesada por cometer lesiones culposas ese día, es decir, no intencionales. Desde esa fecha se encuentra encarcelada en el penal de Cancún, sin recibir sentencia. Casi ocho años tras las rejas esperando que el juez resuelva su caso.
Por otro lado, también hay personas encarceladas desde 2013 por presuntamente haber cometido homicidio o violación. Desde entonces no se ha emitido sentencia, con lo cual, las virtuales víctimas llevan más de nueve años sin justicia, al menos en lo que toca a la sentencia para sus victimarios.
En cualquiera de los casos, aún si son culpables o inocentes, se trata de procesos largos que dejan en vulnerabilidad a los procesados, en cárceles donde no se garantiza el cumplimiento de los derechos humanos.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en sus informes anuales sobre la situación de los penales de Quintana Roo –y del resto del país– ha evidenciado que no existe una separación entre los procesados y sentenciados.
Ambos conviven en un mismo espacio, lo cual genera problemas a lo interno.
“Se ha identificado que las principales problemáticas que inciden de forma preponderante en el Sistema Penitenciario Nacional, y que han permanecido en índices similares durante los últimos años, se encuentra la falta de separación entre procesados y sentenciados”, se lee en el informe de 2020.
Este diario a dado a conocer que, entre otras problemáticas al interior de los penales, es que existe una gran insuficiencia de actividades laborales, educativas y deportivas, así como de capacitación para el trabajo, además de que, la deficiencia en la atención de la salud de las personas en reclusión continúa siendo, en la generalidad de los centros, una problemática mayor, ocasionada tanto por la falta de personal médico como de equipo y fármacos necesarios para atención de la salud.
A lo anterior, se le suman problemáticas tales como, las malas condiciones de diferentes áreas de los establecimientos penitenciarios, la presencia cada vez mayor de grupos delincuenciales que generan autogobierno y violencia al interior de éstos, con los que tienen que convivir los procesados que, por Constitución, presumen de inocencia.
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