El embarazo en adolescentes es una de las problemáticas que coloca a Quintana Roo entre los estados con mayor número de casos en el país, debido a la falta de información y factores sociales que colocan a los menores en la vulnerabilidad.

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En este sentido, el último informe del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) destaca que hubo un total de mil 154 alumbramientos en edades de 10 a 17 años en la entidad.
Y en lo que respecta a las cifras nacionales, en el año 2021 fueron de 72 mil 286 en todo el país, según el Consejo Nacional de Población (Conapo).

Ante las estadísticas de la fecundidad en menores, existe una Estrategia Nacional para la Prevención de Embarazos Adolescentes (Enapea) que proyecta que en un estado que actualmente cuenta con 1 millón 857 mil 985 habitantes, para 2030 con un crecimiento del 1.54%, la población sea de 2 millones 075 mil 160.

Sin embargo, el mismo estudio prevé que mientras mediante acciones enfocadas a la prevención con apoyo de diferentes dependencias que atienden a infantes y adolescentes, en 2050 la población en Quintana Roo sea de 2 millones 565 mil 037, es decir, con un crecimiento menor de 0.63%.

A nivel nacional, según datos del Cuestionario Ampliado del Censo de Población y Vivienda 2020, la tasa específica de fecundidad en las adolescentes fue de 42.96 nacidos vivos por cada mil mujeres de 15 a 19 años.

De acuerdo con Citlalli Hernández, directora de Vifac (Vida y Familia) en Quintana Roo, las adolescentes con embarazos a temprana edad provienen de familias rotas, se adentran en las adicciones o están desinformadas.

Indicó que Quintana Roo sigue siendo uno de los estados con altos índices de embarazo adolescente, toda vez que Cancún, un destino turístico a nivel internacional y con el ritmo de vida que tiene suele ser un lugar vulnerable para las niñas, “esto se agrava cuando el consumo de sustancias está a la orden del día”.

Explicó que la asociación detectó que el aislamiento por la pandemia de Covid-19 agravó la situación debido a que las menores permanecían en casa conviviendo muchas veces con sus propios agresores.