Este sábado 10 de mayo es el Día de las Madres.
Previo al 10 de mayo, día de las madres, se conoce la realidad que viven mujas jóvenes que además de ser mamás estudian o esperan hijos. Credit: FreePik

Previo al 10 de Mayo, Día de las Madres, miles de mujeres en México combinan cada día la crianza con su formación académica.

Según datos del INEGI, en el cuarto trimestre de 2023, el 6.7 % de las mujeres entre 15 y 24 años eran madres y, aun así, asistían a la escuela.

Asimismo, esta cifra pone en evidencia una realidad persistente que demanda mayor visibilidad y apoyo.

10 de Mayo: Educación con hijos: más allá del sacrificio

Del total de madres jóvenes que estudian, el 32.8 % alcanzaba niveles medio superior o superior. Muchas se convierten en madres durante la universidad; otras, antes de ingresar.

Enfrentan rutinas exigentes que combinan clases, tareas escolares, el cuidado de sus hijos e incluso trabajo remunerado.

Pese a los desafíos, estas jóvenes encuentran en la maternidad una motivación adicional para seguir adelante.

Redes de apoyo y obstáculos invisibles

Ante la falta de infraestructura o políticas de apoyo, muchas dependen de sus redes familiares, especialmente de otras mujeres, para poder estudiar.

Una investigación de académicas de la UAM e Iberoamericana documentó los retos cotidianos de estas estudiantes: falta de empatía institucional, estigmas, dificultades económicas y agotamiento físico y emocional.

Aun así, persisten, resistiendo las barreras estructurales del sistema educativo.

Trabajo, clases y maternidad: el triple desafío

El INEGI también revela que entre las madres de 20 a 29 años, el 39 % estudia, trabaja o hace ambas cosas.

En contextos de bajos ingresos, muchas deben emplearse bajo condiciones precarias. Algunas universidades, como la UNAM, han avanzado con espacios de lactancia y programas de apoyo, pero aún no existe una política nacional integral para las madres estudiantes.

Las historias varían, pero todas reflejan el esfuerzo de mujeres que luchan por romper ciclos de desigualdad a través de la educación.

La maternidad no cancela los sueños educativos, pero sí exige un entorno que respete y respalde estas trayectorias.

Finalmente, impulsar políticas públicas inclusivas es clave para garantizar que ninguna madre tenga que elegir entre estudiar y criar.